VÍCTOR: FELIZ A PESAR DE TODO
Como todos los niños, mi felicidad es plena cuando estoy con los que me quieren, pero desde la pandemia, no puedo reunirme, que es lo que más feliz me hace, tampoco puedo ir al cole y mi actividad está muy limitada, así que estamos esperando que todo pase para volver a hacer un millón de cosas y disfrutar de la vida, que es lo más importante.
Aún así, he elegido algunos momentos para contaros y, como no, reivindicar. Espero que os gusten.
Como veis, me encantó que mis papás me regalaran una agapornis (Agu). Cuando era un pollito, yo no movía ni un músculo para que no se cayera, luego se hizo mayor, y aunque al principio iba a picarme por envidiosa, ha aprendido a no hacerlo, ahora somos muy amigos y me encanta su «visita».
También fue maravillosa la visita a Marina D’or: playa, atracciones y «jaleo», combinación perfecta, aunque debo reconocer que solo podía utilizar 3 ó 4 atracciones y siempre con papá o mamá, por lo que no sé si podré volver a utilizarlas otro año ya que crezco y no cabemos, así que, por favor, a ver si podéis hacer más atracciones y adaptadas, aquí y en los demás parques, porque de verdad, me chiflan, como a todos, ¿ verdad?
También lo pasó genial en el pueblo. Ahora puedo pasear mejor por los caminos con la silla de senderismo que me hizo papá, y me encantan las fiestas medievales, porque nos disfrazamos y paseamos por las calles llenas de gente, juegos, atracciones (que miro pero no puedo utilizar) y animales (que según la empatía de quien los cuida, me acercan o no), me encanta el ambiente y que vengan mis primos. Es lo más.
Como veis, disfruto de muchas cosas, pero también hay otras muchas que pasan por mi lado y no puedo aprovechar, por falta de adaptación, por falta de empatía, etc, por lo que creo que la sociedad podría hacer mucho más para alimentar mis buenos momentos.
Sin embargo, y a pesar de todo, soy un niño FELIZ
